Actividad: Lectura de interés.
Desarrollo sostenible en la planificación urbana.
La definición oficial del “desarrollo sostenible” se admite universalmente en la famosa “Declaración de Río” sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que emana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en 1992 en Río de Janeiro: sería un desarrollo que “responda equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras”, siendo requisitos del mismo el desarrollo económico, la cohesión social y la protección del medio ambiente y del patrimonio cultural.
Entendemos por ciudad sostenible aquella que ha tomado opciones coherentes en temas, no sólo medioambientales en sentido estricto, como el uso del territorio, el de los recursos naturales o la movilidad, sino también en cuestiones tan centrales e interconectadas como el modelo de crecimiento económico, el proyecto de cohesión e inclusión social, los derechos de ciudadanía o la extensión de las tecnologías de la información y la comunicación.
Podemos señalar algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de planificar las ciudades, como el “Programa 21”, “La Agenda 21”, Libro Verde sobre el medio ambiente urbano (1990) y “La Declaración de Estambul” sobre los Asentamientos Humanos y el Programa Hábitat, con un carácter general válido para todo el planeta, el cual se establece como objetivo universal “lograr que los asentamientos humanos sean más seguros, salubres, habitables, equitativos, sostenibles y productivos”, y además que “para mejorar la calidad de vida en los asentamientos humanos, debemos luchar contra el deterioro de condiciones... las modalidades de producción y consumo insostenibles ... la ausencia de una planificación adecuada ... la degradación del medio ambiente y el aumento de la vulnerabilidad ante los desastres” y que “con objeto de conservar el medio ambiente mundial y mejorar la calidad de vida ... nos comprometemos a adoptar modalidades sostenibles de producción, consumo, transporte y desarrollo de los asentamientos...”.
Papel de las ciudades
El crecimiento urbano se debe a una combinación de factores económicos, sociales, culturales y políticos:
1- factor económico: la ciudad es sinónimo de proximidad; proporciona una multiplicidad de contactos y actividades, se convierte así en un núcleo de información y creatividad; es esta capacidad de reunir los actores económicos que intervienen en todas las fases de producción, investigación y consumo lo que atrae a las empresas hacia los centros urbanos;
2- factor social: la ciudad aúna una gran variedad de instalaciones sociales (guarderías, hospitales, centros de servicios sociales, etc.) cuya función es cada vez más importante por el aumento de la marginación en forma de subempleo, desempleo y pobreza; de hecho, la concentración de problemas sociales permite definir y llevar a la práctica medidas correctoras más bien específicas que generales; la ciudad concentra también oportunidades de empleo; éste es uno de sus grandes atractivos; en términos más generales, la ciudad representa la capacidad de elección: de relaciones sociales, educación, servicios y trabajo;
3- factor cultural: al igual que ocurre en la esfera social de la cual forma parte, el papel cultural de la ciudad se basa en la densidad, la proximidad y la facultad de elección; estos factores contribuyen tanto a la «producción» de cultura como a su «consumo»; además, la herencia histórica de la ciudad permite actividades económicas singulares vinculadas a la cultura, entre ellas el turismo;
4- factor político: más que cualquier otro lugar, la ciudad debe responder directamente a las exigencias de sus ciudadanos en lo que se refiere a una «buena administración»; la ciudad es un sitio en el cual la participación directa es posible y se practica cada vez más, y donde el individuo puede desarrollar con mayor libertad su noción de los valores personales y cívicos.
La calidad de la vida urbana mejoró considerablemente a lo largo del siglo pasado. No fue sino a finales del siglo XIX cuando las viviendas se conectaron al alcantarillado y a las redes de suministro. Y sólo en los años cincuenta comenzó la mayoría de las ciudades a hacer algo para reducir la contaminación atmosférica debida a las calefacciones domésticas por carbón. Estas mejoras tienen como contrapartida una mayor esperanza de vida, una menor mortalidad infantil, etc.
Mas la salud de quienes viven en las ciudades está siendo objeto de una preocupación creciente. Uno de los riesgos para la salud es la densidad del tráfico urbano. El monóxido de carbono procedente de los tubos de escape puede acumularse en los túneles y los aparcamientos subterráneos. Esto puede dañar el sistema respiratorio, inhibir la absorción de oxígeno por la hemoglobina y provocar ataques cerebrales en los ancianos.
En el terreno psicológico, el ruido puede suponer un riesgo significativo para la salud del habitante urbano, pues da lugar a síntomas físicos relacionados con el estrés y reduce la calidad general de la vida en la ciudad, incrementando el comportamiento agresivo. Puede también causar pérdidas de audición.
Los problemas a los que se enfrenta el medio ambiente urbano son variados y muy numerosos. A efectos de la exposición, los agrupamos en tres apartados:
- contaminación urbana: aire, agua, ruido, suelo, residuos;
- entorno edificado: carreteras, calles, edificios, espacios abiertos, zonas de recreo;
- naturaleza: vegetación y vida silvestre en la ciudad.
La principal responsabilidad en cuanto a la mejora del medio ambiente urbano corresponde a las autoridades municipales, así como a los gobiernos nacionales que establecen el marco legislativo y financiero dentro del cual actúan las ciudades.
Los principales objetivos de las actuaciones futuras corresponden a las siguientes dos áreas prioritarias:
1-Medidas políticas que afectan a la estructura física de la ciudad, específicamente por lo que respecta a:
- planificación urbana;
- transporte urbano;
- protección y revalorización del patrimonio histórico;
- protección y revalorización de las zonas naturales dentro de las ciudades.
2-Medidas políticas dirigidas a reducir los efectos de las actividades urbanas sobre el medio ambiente:
- industria urbana;
- gestión urbana de la energía;
- gestión de los residuos urbanos;
- gestión de las aguas,
Es también importante que las políticas de desarrollo en este ámbito se basen en datos precisos y comparativos sobre el estado del medio ambiente. También deben, pues, tomarse en consideración las necesidades de información y la forma de satisfacerlas.
Además de estos aspectos prioritarios, a la Comunidad le corresponde asimismo apoyar una serie de actividades a escala local y regional que pueden contribuir a iniciativas relacionadas con
- la información;
- las tareas sociales;
- la cooperación interregional.
Planificación urbana
Las políticas de estricta delimitación por zonas, que se han practicado en los últimos decenios y han supuesto la separación del uso de los suelos y el subsiguiente desarrollo de extensos suburbios residenciales, han estimulado a su vez el tráfico de ida y vuelta, debido a las distancias entre el lugar de trabajo y de vivienda, y ello constituye la raíz de muchos de los problemas ambientales a los que se enfrentan en la actualidad las zonas urbanas.
Por tanto, es preciso que se revisen de manera fundamental los principios en los que se ha basado la práctica de planificación urbana. Las estrategias basadas en el uso mixto y en un desarrollo más denso tienen más probabilidades de conseguir que los ciudadanos vivan cerca de los lugares de trabajo y de los servicios que requieren para la vida cotidiana.
También es importante revitalizar las zonas de vivienda que existen dentro de la ciudad. La calidad de vida en estas zonas puede mejorarse significativamente mediante mejoras ambientales; específicamente, reduciendo el ruido y la contaminación debida al tráfico. Ello requiere estrategias locales que den prioridad a las necesidades de los peatones y los habitantes, y no a los conductores que atraviesan la zona. Es muy probable que estas mejoras ambientales propulsen la inversión privada en la mejora de las viviendas existentes.
Diseño urbano
La calidad ambiental de la ciudad es fruto tanto de la diferenciación espacial como del diseño de los edificios. Si queremos proteger la calidad visual y la identidad histórica de nuestras ciudades, debemos, pues, prestar atención no sólo a la protección de los edificios históricos, sino también al diseño de los nuevos edificios que se insertan en el entramado urbano. La planificación urbana debería, por tanto, incorporar esta tercera dimensión, fomentando la innovación arquitectónica pero velando por que los nuevos edificios sean compatibles con el carácter urbano y no destruyan o inutilicen los espacios abiertos de la ciudad.
Transporte Urbano
El aumento espectacular de los coches particulares en los últimos decenios ha supuesto una mayor comodidad para muchos, pero también ha traído consigo congestiones, efectos negativos de las autopistas urbanas, pérdidas de espacios abiertos al convertirse éstos en aparcamientos, contaminación atmosférica y ruido. También, ha contribuido a ello el desmesurado incremento del transporte de mercancías por carretera. El tráfico urbano es uno de los principales factores causases de la lluvia ácida y el efecto invernadero.
Transporte público
Si bien desde hace tiempo se tiene conciencia de que el transporte público contribuye a reducir el tráfico urbano, pocas ciudades han tenido éxito a la hora de reducir sustancialmente el transporte privado aumentando el público.
Protección y Revalorización Del Entorno Natural En Nuestras Ciudades
La protección y la mejora de los espacios abiertos y los hábitats, así como la plantación de árboles, aumentan el placer visual de las zonas urbanas, creando una serie de efectos micro climáticos que combaten y dispersan las concentraciones de contaminantes que segrega la ciudad.
Muchas ciudades han puesto en marcha «planes verdes» cuyo objetivo es proteger y revalorizar el potencial de los espacios abiertos, animando a los ciudadanos a plantar árboles y a llevar a cabo otras tareas similares.
Gestión De Las Aguas
Una reciente propuesta de directiva sobre las aguas residuales municipales fija como objetivo alcanzar un alto nivel de tratamiento de todas las aguas residuales originadas en las zonas urbanas. La necesidad de esta iniciativa es evidente, como también las mejoras potenciales a las que podría dar lugar. De acuerdo con un estudio sobre aguas residuales urbanas e instalaciones de tratamiento en diez países, realizado en 1984, menos de la mitad del total de cargas orgánicas recibía tratamiento en aquel momento.
Industria Urbana
La industria es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica y acústica en las zonas urbanas y las circundantes, sobre todo cuando éstas son residenciales. La respuesta tradicional a este problema ha consistido en reubicar la industria en los márgenes de la ciudad o aún más allá.
Por lo que respecta a las grandes instalaciones industriales, estos cambios de emplazamiento son a menudo deseables, puesto que los nuevos locales facilitan la aplicación de modernas tecnologías de producción. En el caso de medianas empresas, sin embargo, la pericia del individuo suele ser más importante que las técnicas de producción en masa y estos traslados frecuentemente suponen un coste económico considerable, a la vez que limitan el acceso a los clientes y a los proveedores, en particular a los proveedores de servicios. Estas industrias pueden ser ventajosas para los habitantes de la zona en la medida en que les proporcionan puestos de trabajo cercanos a su lugar de residencia.
Gestión De La Energía Urbana
El consumo de energía en las zonas urbanas está estrechamente relacionado con la contaminación atmosférica debida al transporte, a la calefacción, al alumbrado y a la climatización de los edificios. Un uso más eficaz de la energía podría contribuir de forma significativa a reducir la contaminación atmosférica urbana y, consecuentemente, la aportación de las ciudades al efecto invernadero.
Residuos Urbanos
Se ha publicado recientemente una estrategia global para la gestión de los residuos urbanos, insistiendo primordialmente en evitar su producción, así como en la necesidad del reciclado y la reutilización.
Al igual que ocurre con las demás formas de contaminación, los problemas específicamente urbanos asociados a los residuos se deben a la combinación de una elevada densidad demográfica y una variedad de actividades económicas y desechos diversos: hospitales, mercados y grandes superficies, escombros procedentes de demoliciones, envases abandonados por transportistas, vendedores al por menor y consumidores, etc.
Las autoridades locales deben hacerse cargo de tres tareas relacionadas:
-limpieza de las calles,
-recogida de basuras,
-eliminación de residuos.
La eliminación del enorme volumen de residuos domésticos e industriales, que aumenta de forma imparable, constituye un problema colosal para los administradores de las ciudades.
citado
Legislación Básica sobre Ingeniería Civil y Medio Ambiente
Resolución del Consejo, de 28 de enero de 1991, sobre el Libro Verde relativo al medio ambiente urbano
DOCE 033/C, de 08-02-91
DOCE 033/C, de 08-02-91